jueves, 13 de enero de 2011

Cambio de ruedas

Espero que si. Que mi energía se haya renovado con el cambio de año. ¿Va de eso, no? Creernos y hacer creer a los demás que con la llegada de un nuevo año renovamos nuestros votos de la vida con el único objetivo de mejorarla. Es como parar en boxes. ¡Te inyectan, enchufan, insuflan, atornillan, te cambian las ruedas y te dejan marchar de nuevo! ¡Ala, tira guapa que tienes un buen trozo! Próxima parada: nochevieja del 2011, donde con toda probabilidad volveremos a repetir todos esos rituales tan necesarios para subsistir. Bien, pues así estoy yo. Lista para comerme el mundo. Again.
Me prometí que este año desaceleraría el ritmo de trabajo, pero con los tiempos que corren como para decir "no" a algo. Que prestaría (más todavía) atención a mi familia. Que no me metería en demasiados proyectos, ni líos varios. En fin, que no me multiplicaría por pi como hago habitualmente. Pero ya os digo que he fracasado. Lo admito. Y eso que sólo estamos a mediados de enero.
Ayer, sin darme apenas cuenta, me caí por un agujero sin fondo, que me ha tragado hasta la última gota. Claro que estas cosas me obligan a reflexionar. ¿Por qué no puedo conformarme con tener un maravilloso y precioso trabajo que me llena de satisfacciones y me suministra (no sin esfuerzo) algo de calderilla para ir pagando los montones de facturas que llegan a mi buzón cada semana? Pues porque no. Y no os creáis que sea por dinero. Soy capaz de liarme la manta a la cabeza y afiliarme a la más absurda de las actividades aunque ésta no sea para nada rentable. Aunque también compagino la radio con otros menesteres que aportan algún pequeño beneficio extra, pero ahí no está el quid de la cuestión. El quid de la cuestión es que soy una apasionada de las cosas y de la vida. Puedo quedarme horas observando una misma fotografía o escuchando cienes de veces una misma canción por el simple hecho de que me ha hechizado y eso a expendas de tener una pila de platos sucios por fregar, el aspirador por pasar o una entrevista por escribir. Lo reconozco, me hechizo fácil y rápidamente de las cosas y las personas y de la música y las situaciones...en fin de todo un poco. Y también reconozco que tengo la moral distraída cuando me encapricho con algo (he dicho algo, no alguien). Por todo eso me encuentro en los albores del 2011 con la maleta llena de proyectos e ilusiones lista para comenzar la carrera de fondo que dura unos ¿365 días? Tengo pilas de sobra, los que me conocen bien lo saben. A hacer muchas cosas nadie me gana. Aunque me asalten las mismas dudas de siempre de si seré o no capaz de hacerlas todas y bien, yo no aflojo. Y es que, como dicen por ahí, no estoy diseñada para una vida normal, aunque a veces la pida a gritos. Que no. Que me gusta ir contracorriente. Me gusta no coincidir en la mesa con mi pareja cada día a la misma hora. Me gusta que mis hijos me siganel rollo y se adapten a todo. Me gusta saber que mi perro,Watson, me quiere a pesar de que no le puedo devolver el amor incondicional que me profesa por falta de tiempo. Un tiempo que me prometí que administraría de mejor forma en el nuevo año. Más equitativo y justo. Equilibrado. Pues me temo que no. Viendo la agenda de esta semana veo que voy a fracasar estrepitosamente de nuevo. Tengo la vida cargada a tope. Full total. Por supuesto que hay prioridades y mis retoños son una de ellas, y esa persona que ocupa mi corazón y que lo alimenta cada día con su bondad y entrega, también. Pero hay compartimentos y actividades deluxe que literalmente se pegan por competir en mi vida. Y lo peor de todo: que me muero por correr en todas las carreras. ¿Será porque éste és "el año"? (dedicaré un post a "mi año" próximamente, el tema lo merece) Menos mal que existe Michael Bublé que me apacigua con su música. ¡Cómo me gusta éste tio, por Dios! Con sus canciones a toda caña, me relajo mientras piso a fondo...

Plus: sigue mi blog en http://sexoennuevablog.blogspot.com y no dudes en ir a ver el musical mallorquín 100% ILLAMOR en el Auditòrium de Palma del 19 al 23 de enero. Entrada: 45 euros en platea.


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